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Cuando te agreden a vos... nos agreden a todas


To­dos los años con­me­mo­ra­mos el Día de Lu­cha con­tra la Vio­len­cia ha­cia la Mu­jer, to­dos los años re­cor­da­mos el su­ce­so que le dio ori­gen y lo re­pe­ti­mos en cuan­ta no­ta o de­cla­ra­ción se es­cri­ba, to­dos los días ve­mos en las no­ti­cias ca­sos de mu­je­res gol­pea­das, vio­la­das, ase­si­na­das, y nos es­tá pa­san­do lo peor que le pue­de pa­sar a una so­cie­dad, nos es­ta­mos acos­tum­bran­do, es­ta­mos ador­me­ci­dos, a lo su­mo ha­ce­mos un co­men­ta­rio so­bre lo te­rri­ble del ca­so y cam­bia­mos el ca­nal. Sus nom­bres se usan pa­ra ti­tu­lar la no­ti­cia del mo­men­to, esos nom­bres de mu­je­res que se aso­cian a lo peor, y ahí que­da to­do, has­ta el pró­xi­mo nom­bre. Des­de las or­ga­ni­za­cio­nes se ela­bo­ran diag­nós­ti­cos, es­ta­dís­ti­cas, pro­pues­tas y ac­cio­nes, mo­vi­li­za­cio­nes, y to­do cuan­to se nos ocu­rra pa­ra ata­car es­te fla­ge­lo. Pe­ro la vio­len­cia si­gue, au­men­ta, los fe­mi­ci­dios se in­cre­men­tan. 

Se ha­bla de edu­car y con­cien­ti­zar, pe­ro ¿de ver­dad es ne­ce­sa­rio te­ner que ex­pli­car que gol­pear, vio­lar y ase­si­nar es­tá mal?; ¿de ver­dad es ne­ce­sa­rio ex­pli­car que tam­bién es vio­len­cia la ver­bal, la mo­ral, la psi­co­ló­gi­ca?; ¿que tam­bién es vio­len­cia la que ejer­cen al­gu­nos pa­ra­dig­mas so­cia­les que im­po­nen es­te­reo­ti­pos de mu­jer im­po­si­bles de al­can­zar? ¡Nooo! Una y mil ve­ces quie­ro gri­tar ¡Nooo! ¡Bas­ta! ¿Cuál es el ca­mi­no? ¿Cuál es la so­lu­ción pa­ra cam­biar es­to? Pa­ra que no ha­ya más mu­je­res víc­ti­mas de tra­ta, de vio­len­cia do­més­ti­ca, de abu­sos de to­do ti­po. 
Que te pe­guen, que te gri­ten, que te me­nos­pre­cien, que te ig­no­ren, que te in­sul­ten y di­fa­men es vio­len­cia. Y la­men­ta­ble­men­te exis­te en to­dos los ám­bi­tos, no só­lo en el ho­gar, tam­bién en las ca­lles, en la es­cue­la, en el tra­ba­jo, en el ins­ti­tu­cio­nal, in­clu­so por par­te del Es­ta­do. Es­ta­mos lle­nos de le­yes pro­pias e in­ter­na­cio­na­les, tra­ta­dos y con­ven­cio­nes que di­cen que hay que pro­te­ger a la mu­jer, y es­ta­ble­cen los me­ca­nis­mos de asis­ten­cia. ¿Y? No al­can­za, na­da al­can­za cuan­do el pi­lar fun­da­men­tal fa­lla, cuan­do las mu­je­res que acu­den a la Jus­ti­cia a de­nun­ciar en­cuen­tran tra­bas y obs­tá­cu­los pa­ra que sus de­man­das pros­pe­ren. Per­ma­nen­te­men­te se plan­tea co­mo ne­ce­sa­ria en la lu­cha con­tra la vio­len­cia la de­nun­cia de las mu­je­res, pe­ro no po­de­mos re­du­cir­lo a si se ani­man o no a de­nun­ciar, si­no en qué me­di­da el tra­ta­mien­to pe­nal per­si­gue las con­duc­tas de­nun­cia­das y pro­te­ge a las mu­je­res que su­fren vio­len­cia. In­clu­so és­te es un fac­tor de­ter­mi­nan­te en mu­chos ca­sos que ex­pli­ca el he­cho de no de­nun­ciar, por­que di­fí­cil­men­te se de­nun­cia­rá an­te un sis­te­ma pe­nal que no pue­de pro­te­ger­las. Si las me­di­das de pro­tec­ción lle­gan tar­de o se in­cum­plen por las fuer­zas de se­gu­ri­dad, si los agre­so­res que­dan im­pu­nes la mayor parte de las ve­ces o re­ci­ben pe­nas mo­ri­ge­ra­das aun en ca­sos de ho­mi­ci­dios, ¿có­mo po­de­mos ali­men­tar la es­pe­ran­za de que es­te fla­ge­lo ter­mi­ne? 
Me preo­cu­pa la to­le­ran­cia a la vio­len­cia de gé­ne­ro que es­ta­mos te­nien­do, por­que cons­ti­tu­ye un pe­li­gro­so apren­di­za­je de im­pu­ni­dad y re­fuer­za la po­si­ción su­bor­di­na­da de las mu­je­res en la so­cie­dad al no po­der ob­te­ner la pro­tec­ción de su in­te­gri­dad fí­si­ca y psí­qui­ca pa­ra ellas y sus hi­jos por par­te de los po­de­res pú­bli­cos. Vol­va­mos a sa­cu­dir­nos una vez más, reac­cio­ne­mos y rea­li­ce­mos los má­xi­mos es­fuer­zos pa­ra que las au­to­ri­da­des na­cio­na­les y la Jus­ti­cia ga­ran­ti­cen el cum­pli­mien­to del de­re­cho de las mu­je­res a una vi­da li­bre de vio­len­cia. Si te agre­den a vos, me agre­den a mí, nos agre­den a to­dos.

Nota de opinión publicada en Diario Puntal: http://www.puntal.com.ar/noticia_comen.php?id=184166 

Actividad Estrellas Amarillas

El próximo miércoles 12 de noviembre a las 11hs pintaremos la 1er. estrella del puente Filloy por Julio Alberto Sosa.
Seguimos trabajando por la concientización vial, no bajamos los brazos, junto a la familia de Julio, amigos y compañeros de trabajo del corralón de la Municipalidad de Río Cuarto pintaremos su estrella en el puente Filloy en el lugar donde perdió la vida cuando colisionó contra una máquina barredora. Julio tenía 45 años y tres hijos.
También nos acompañará el padre Juncos para la bendición.
Sólo entre todos podremos ganarle la batalla a la siniestralidad vial que sigue generando muerte y dolor en nuestras calles.

Concientizacion Vial en los Colegios

No bajamos los brazos, seguimos concientizando por la vida llevando una serie de charlas sobre concientización vial en distintos colegios. En el día de hoy me encuentro concientizando en el colegio San Juan de la Cruz donde me recibieron los alumnos para debatir sobre la siniestralidad vial.