Se aprobó por unanimidad la iniciativa presentada por la Concejal Yawny declarando de INTERÉS HISTÓRICO CULTURAL Y PATRIMONIO
ARQUITECTÓNICO a la casona de calle Alberdi 575 donde funciona actualmente la Biblioteca popular Evaristo Segat y es sede del
Partido Socialista en la ciudad de Río Cuarto.
FUNDAMENTOS
En el edificio
que alberga actualmente a la Biblioteca Popular Evaristo Segat se encuentran
los orígenes de la masonería en nuestra ciudad puesto que dicho edificio surgió
como el Templo de la logia “Estrella de Río Cuarto”, se trata de un Bien Patrimonial
significativo para la sociedad.
El Patrimonio
es la prueba evidente de la existencia de vínculos con el pasado.
En Córdoba,
nuestra Carta Magna, en su artículo 65, hace referencia específicamente al
Patrimonio Cultural estableciendo que: “el
estado provincial es responsable de la conservación, enriquecimiento y difusión
del Patrimonio Cultural, en especial arqueológico,
histórico, artístico y paisajístico y de los bienes que lo componen, cualquiera
sea su régimen jurídico y su titularidad”.
En nuestra
ciudad rige la ordenanza 1521/04 que establece las acciones de preservación;
considera y declara al Patrimonio Cultural; considera y declara al Patrimonio
Natural.
El sistema
normativo local también establece en su Ordenanza N°353/97, de Interés Municipal
y sujetos a preservación edificios del Estado Municipal con valor histórico y
arquitectónico, entre los que se destacan el Palacio Municipal, el Museo
Histórico Municipal, el Teatro Municipal, el Edificio Concejo Deliberante… cabe
aclarar que en este listado no se encuentra incluido el ex templo masónico
“Estrella de Río Cuarto”, a pesar de su innegable significación
patrimonial.
LA MASONERÍA
EN RÍO CUARTO.
La masonería
se define a sí misma como “una
institución filosófica, educativa, benéfica y filantrópica, de carácter
económico, al servicio de la libertad y de la dignidad del hombre. Propugna sin desmayo la efectiva libertad de
cultos y la libertad de la cultura como conquistas irrenunciables, para hacer
más perfectos y felices a los hombres, sin distinción de raza ni de religión”.
Para algunos
autores, el nacimiento de la Masonería se sitúa en la baja Edad Media, en
Inglaterra. Desde hacía siglos existían en toda Europa diversos gremios que
agrupaban a los trabajadores según su especialidad. El más conspicuo y poderoso
era el de los constructores o “masones”. Tales gremios constituían escuelas de
enseñanza, inculcando los conocimientos del arte de la construcción,
resguardando los secretos que se iban adquiriendo a través del tiempo. Sus
miembros se reunían en locales denominados “lodge”, cuyo significado en
castellano es “logia”.
Con el correr
de los años comenzaron a ser admitidos personas no afines a la actividad de la
construcción, a los que se los denominó “libres y aceptados masones”,
alcanzando una época en que superaron ampliamente en número a los auténticos
constructores, quedando en la práctica dueños de la logia.
El pastor
protestante Teófilo Desaguliers fue designado para unir todas las logias
existentes en Inglaterra y conducirlas en carácter de primer Gran Maestro de
todas ellas. Asumió su cargo el 24 de junio de 1917, día de San Juan Bautista,
que es reconocida como la fecha cierta de creación de la Masonería tal cual hoy
se la conoce.
Al territorio
de la actual República Argentina, la influencia ejercida por las logias
masónicas francesas e inglesas llegaron a comienzos del siglo XIX, coincidiendo
con el movimiento emancipador, instigando y apoyando a las colonias americanas
para romper sus vínculos con España.
Razones
comerciales lo determinaron, en beneficio de los mercaderes británicos. Con las
invasiones inglesas al Río de la Plata (1806-1807), las logias hicieron pie en
Montevideo y Buenos Aires, pero al fracasar en su intento, los intrusos
debieron volver, dejando sin embargo la simiente masónica proclive a echar
raíces.
El 11 de
diciembre de 1857, siete de las logias existentes en la ciudad de Buenos Aires,
constituyen la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.
Por su parte, el
avance de la masonería hacia las provincias interiores (salvo Entre Ríos y
Corrientes que contaban con logias desde mucho antes) se produjo con evidente
recelo, frenado por la profunda religiosidad de aquellas sociedades. Pero el
arribo de los primeros inmigrantes, imbuidos de ideas liberales, apresuró la
marcha, y en la ciudad de Córdoba se fundó la logia “Piedad y Unión Nº 34” , y en 1878 la logia “The
Southern Cross Nº 1760” ,
perteneciente a la Gran Logia Unida de Inglaterra.
Una ciudad de frontera como Río
Cuarto estaba frecuentada por oficiales del ejército y dirigentes de la clase
política provenientes de Córdoba y Buenos Aires. No es extraño entonces que
entre estos visitantes, militares y civiles, pertenecientes a gobiernos
liberales –“la Generación del Ochenta”- se hallasen muchos iniciados en la
masonería. Como también lo debieron haber estado empleados jerárquicos del
Ferro Carril Andino construido y administrado por empresas británicas.
No obstante, la fuerte influencia
ejercida por el clero sobre la ciudad riocuartense, especialmente por la orden
Franciscana establecida desde 1857 operó como tenaz resistencia para la
instalación de logias hasta casi los años finales del siglo XIX.
Hasta 1892, la
“masonería local” no pasaba de ser la simple suma de voluntades aisladas sin
carácter institucional. El 25 de marzo de ese mismo año, un número
indeterminado de masones se reunió informalmente en el Hotel Argentino (calle
Alvear y Buenos Aires), regenteado por uno de ellos, el sueco Godofredo Huss,
con el móvil de intercambiar ideas para constituir una logia masónica en la
ciudad. Aparentemente la iniciativa partió de Wenceslao Tejerina (Presidente
del Banco Provincia de Córdoba; Senador provincial; Vicegobernador; Ministro de
Educación Pública; Diputado Nacional).
En esta reunión
se resuelve dejar constituida una logia masónica bajo el nombre de “Estrella de
Río Cuarto”, designando como autoridades provisorias a José Ribas Mas
(presidente), Alejandro Roca (secretario) y Francisco Monlezún (tesorero).
El reconocimiento
les llegó al cabo de algunos meses, firmado por el Almirante Dr. Pedro Mallo en
una ceremonia realizada el 3 de noviembre de 1892.
Finalmente, la
“Carta Patente” o “Carta Constitutiva” le fue extendida a la logia “Estrella de
Río Cuarto Nº 116” ,
con fecha 16 de noviembre.
En su primer año de vida
la logia tenía ya más de 30 hermanos, número interesante si consideramos las
dificultades que hallarían para maniobrar en una sociedad de honda raigambre
religiosa.
Pueden distinguirse
dos etapas en la historia de la logia Estrella de Río Cuarto. La primera va
desde sus comienzos hasta 1901 año en que entra en “sueño” por algún tiempo.
Una segunda época parece iniciarse en 1906. Pero la información existente es
muy poca y esto debido a tres cuestiones: en primer lugar a la ninguna
repercusión que la actividad de la logia tuvo en la prensa local, seguramente
por su condición de sociedad secreta. En segundo término por la imposibilidad
de consultar los propios archivos de la logia. Y por último, por ser difícil el
acceso a las revistas masónicas de la época que circularon por sectores muy
restringidos.
Los últimos años
de vida de la “Estrella de Río Cuarto” parecen producirse en los años 1923-1924
cuando la presidió Juan Risso Peacock; y 1924-1925, cuando quien la dirigió fue
el hermano fundador Eloy J. López.
Luego la logia
entró en un profundo “sueño” en el que permanece sumida o del cual no
despertará.
EL TEMPLO: LUEGO BIBLIOTECA EVARISTO SEGAT Y SEDE
DEL PARTIDO SOCIALISTA
El edificio que
sirvió de Templo a la “Estrella de Río Cuarto” es el único testimonio tangible
de su existencia. Éste era el lugar en donde se desarrollaban los trabajos
masónicos y se juntaban los miembros de la logia, de manera que era al mismo
tiempo un lugar de trabajo y de adoración. En Río Cuarto se reunían
semanalmente todos los días lunes.
Se levanta en la
calle Alberdi 575, entre medianeras, y sobre un sitio que mide 8,85 ms. de
frente al occidente; 8,85 ms. de contrafrente al oriente, 44ms. en su costado
norte 43,60 ms. en su costado sur.
En la actualidad pertenece al Partido Socialista
y alberga a la Biblioteca Pública Evaristo Segat y es sede de reuniones del
partido anteriormente mencionado.
No existe una
fecha precisa sobre su construcción, pero se cree que pudo haber sido antes de
finalizar el siglo XIX y no se descarta la intervención en la obra de los
hermanos Luis Damond y José Francheschi, ambos constructores y masones.
Una verja de
hierro montada sobre macizo muro, precede y resguarda la entrada al lugar del
templo, al que se accede desde la calle por una robusta puerta de hierro
forjado de dos hojas que ostentan en la parte inferior una estrella de cinco
puntas, sostenida por dos grandes pilares de mampostería.
Su umbral de
mármol tiene aún grabada transversalmente la leyenda AUG… LOG… ESTREL… sin
embargo, se han borrado sus últimas letras, gastadas por el continuo paso de
las personas que la traspusieron.
La verja se completa con dos paños de rejas
–con sus partes absolutamente remachadas- que concluyen en la medianera vecina.
Le sigue el atrio
descubierto, hoy con piso sólido (en sus orígenes de tierra) y a distancia de
cinco o cuatro metros se levanta el edificio del templo o taller, de una sola
planta, cuyo estilo y formas arquitectónicas se ajustan al ritual de la Orden.
La fachada se
distribuye en tres huecos que se corresponden simétricamente y están separados
por dos columnas centrales empotradas al muro, más otras dos en los extremos,
que lucen capiteles trabajados con molduras, coronando el entablamento.
Las columnas
centrales sostienen un frontispicio triangular, de clara simbología masónica.
El hueco del medio está encerrado por una ventana y los laterales por puertas,
adoptando las tres la forma del medio punto, con marcos imitando cantería en
arco rebajado.
En el friso
inferior, con alguna dificultad se observan letras en bajo relieve que un día
conformaron la sigla A.L.G.D.G.A.D.U., correspondientes a las iniciales de la
invocación “a la gloria del gran arquitecto del universo”, y en el friso
superior los discos que contuvieron el sol (a la izquierda) y la luna (a la
derecha).
El templo posee dos
puertas: una para entrar y otra para salir, según se acostumbraba en la Orden.
Ambas orientadas al occidente. La puerta de entrada conduce al “vestíbulo” o
“sala de pasos perdidos”, en la actualidad ocupada por la biblioteca que
conserva su piso de madera, de donde se pasa al templo propiamente dicho que
adopta la forma de un rectángulo o paralelogramo que antaño tenía al frente,
mirando al oriente, el estrado donde se ubicaba el asiento del Venerable
Maestro.
A los lados de la sala,
contra la pared, se colocaban los asientos para los demás hermanos, formando
dos filas que se llamaban: la columna del norte y la columna del Sur.
Respecto de la
propiedad del edificio, podemos decir que, una vez apagada la luz de la
Estrella de Río Cuarto, el edificio habría salido a remate judicial en los
primeros años de la década del ´30, adjudicándoselo en esas circunstancias el
Sr. Víctor Monlezún (hijo de un hermano masón). En su poder permaneció hasta el
19 de abril de 1954, cuando el inmueble fue transferido a los Sres. Amleto
Magris y Dr. José Martorelli, ambos dirigentes socialistas, que conservaron su
propiedad en condominio hasta el 31 de enero de 1973. En esa fecha el edificio
pasa a nombre del órgano socialista Editorial La Vanguardia.
Por todo lo
comentado hasta aquí, queda en evidencia la importancia histórica que posee el
edificio que hoy ocupa la Biblioteca Popular Evaristo Segat y el Partido
Socialista.
Por lo expuesto y
prestando especial atención a lo que establecen las leyes nacionales y
provinciales como así también la ordenanza local y en vista de la significación
histórico y social que tiene para la comunidad riocuartense el edificio que hoy
alberga a la Biblioteca Evaristo Segat y al Partido Socialista, solicitamos a
este Concejo Deliberante que dicho edificio sea declarado de Interés Histórico
Cultural y Patrimonio Arquitectónico de la ciudad, a efectos de promover la
restauración y conservación de este bien patrimonial arquitectónico, rescatando
nuestro Patrimonio Cultural.
EL CONCEJO
DELIBERANTE DE LA CIUDAD DE
RIO CUARTO SANCIONA CON FUERZA DE ORDENANZA:
ARTICULO 1.- DECLARAR de INTERES HISTORICO CULTURAL Y PATRIMONIO
ARQUITECTONICO de la Ciudad a la tradicional casona sita en calle Alberdi
N°575, que fuera sede de la Logia Masónica y que sirvió de Templo de la Logia
“Estrella de Río Cuarto”, y donde actualmente funciona la Biblioteca Popular
Evaristo Segat.
ARTICULO 2.- Solicitar al Departamento Ejecutivo Municipal que, por
medio de las dependencias que corresponda, proceda a:
1) Instalar en la vereda del inmueble al que se alude en
el presente dispositivo un cartel con la siguiente leyenda: “SITIO DE INTERES
HISTORICO CULTURAL Y PATRIMONIO ARQUITECTONICO – SEDE DE “LA LOGIA MASONICA
“ESTRELLA DE RIO CUARTO” – Ordenanza N° “.
2) Instalar un sistema eléctrico público que permita la
ornamentación lumínica de la casona de calle Alberdi N°575, de común acuerdo
con la Comisión Directiva de la Biblioteca Popular Evaristo Segat.
ARTICULO 3.- ELEVAR copia del presente dispositivo a la Editorial “La
Vanguardia”, actual propietaria del inmueble y a la Comisión Directiva de la
Biblioteca Popular Evaristo Segat.
ARTICULO 4.- Regístrese, Comuníquese, Publíquese y Archívese.
Cjal. VIVIANA YAWNY
PARTIDO SOCIALISTA
ALIANZA RÍO CUARTO PARA TODOS
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